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NORMATIVA

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha advertido de que aunque en apariencia los castillos hinchables sean un lugar seguro para jugar, deben reunir una serie de requisitos mínimos para garantizar la seguridad de los usuarios infantiles como estar bien anclados y no utilizarse con viento.

En un ejercicio de responsabilidad y de coherencia, desde la Asociación se ha desarrollado este “Manual de buenas prácticas”, con el fin de analizar responsablemente, alertar y poner en valor una cuestión que está concurriendo en el mercado y que pone en un riesgo innecesario la seguridad de un colectivo tan vulnerable.

En referencia a los castillos hinchables o equipos de juego hinchables, existe una Normativa Europea de Seguridad, con denominación UNE: EN 14960/2014. Esta norma,  tanto en este país como en otros países de Europa, indica cómo se deben de construir los castillos hinchables, las medidas de seguridad que debe de contemplar cada modelo y las directrices de gestión y manipulación de los mismos. Tras una exhaustiva revisión del material existente en el mercado actual, lamentablemente no hay demasiados empresarios y equipamientos que puedan disponer de esta certificación.

El que se presente como documentación a aportar que el hinchable ha pasado diferentes controles de calidad o de mantenimiento no quiere decir que su construcción sea segura en tanto no lleve anexo la referencia a la normativa. Lo que no está en origen fabricado de manera segura es indiferente si está revisado, limpio y en perfecto estado, simplemente puede ser peligroso.

Por otro lado, esta normativa exige una serie de controles por parte de las empresas que distribuyen y alquilan este tipo de equipamientos. Las más importantes son las de disponer de un monitor (u operador) que controle el buen funcionamiento del equipo y la seguridad por parte de los usuarios. No se pueden alquilar los hinchables sin personal cualificado para controlar y responder en tiempo y forma ante cualquier contingencia, por poco habitual que sea.

En esta cuestión, importante conocer que el Seguro de Responsabilidad Civil se exime de responder ante el usuario si ante un incidente por el mal funcionamiento del hinchable o por problemas de montaje, se tiene un percance o accidente a los usuarios del mismo. Es decir, sin personal de la empresa contratada en las instalaciones del cliente, si hay un problema de cualquier índole no se responsabiliza la compañía de seguros.

Esta mala praxis, redunda en una verdadera ruleta rusa con la seguridad infantil. Se debe de concienciar a toda la sociedad, de que al igual que se solicita seguridad en los centros escolares, en los vehículos, en las casas, se debe de dar el máximo de seguridad también con el ocio y diversión, sobre todo si algunas de las empresas del sector están dispuestas a hacerlo.

Es necesario, por tanto, poner en marcha los mecanismos para intentar revisar y vigilar la falta de cumplimiento en las normativas de tantos modelos de hinchables existentes en el mercado y que están poniendo el empeño necesario para corregir estas cuestiones de seguridad infantil con estas irregularidades del mercado.

Los miembros de CEN (Comité Europeo de Normalización) están sometidos al Reglamento Interior de CEN/CENELEC que define las condiciones dentro de las cuales debe adoptarse, sin modificación, la norma europea como norma nacional. Las correspondientes listas actualizadas y las referencias bibliográficas relativas a estas normas nacionales pueden obtenerse en el Centro de Gestión de CEN, o a través de sus miembros.

Para tal efecto, la Asociación Española de Juegos Hinchables se constituye para elaborar un Manual de Buenas Prácticas en el que participan fabricantes, instaladores y organismos afines al sector del juego y la seguridad infantil. El documento que ha preparado AEJH, basado en una norma UNE, busca la regulación en la fabricación, mantenimiento e instalación de los hinchables y que la administración vele por su cumplimiento.

Este Manual de Buenas Prácticas hace especial hincapié en los factores que se consideran más importantes a la hora de instalar un hinchable como son los contrapesos, la superficie de apoyo, el modelo y tamaño, la fuerza del viento y el lugar de instalación que puede ser abierto o estar protegido.

Entre los apartados más destacados de este Documento, están los tipos de control desde fabricación, mantenimiento e instalación del hinchable; la elaboración de una clasificación del hinchable, unas normas de uso, regulación de los ocupantes y un importante apartado sobre seguridad.

En la actualidad es cada municipio quien establece los permisos y normas que se deben seguir para la instalación de estos hinchables. Lo más habitual es que no haya una regulación específica; y en algunas ciudades se exige un certificado técnico anual visual o un certificado de instalación, pero sin base normativa. La no regulación ha hecho que se instalen hinchables sin las medidas de seguridad adecuadas, lo que ha derivado en una serie de accidentes. Tenemos que concienciarnos de que la seguridad es responsabilidad colectiva y que la regulación por parte de la Administración, es el único camino.

Este Manual de Buenas Prácticas especifica los requisitos de seguridad para los equipos de juego hinchables en los que las actividades principales son botar y deslizarse. Establece medidas frente a los riesgos y también para reducir al mínimo los accidentes de los usuarios, dirigidas a todos aquellos relacionados con el diseño, la fabricación y el suministro de equipo de juego hinchable. Especifica la información que se debe proporcionar con el equipo. Los requisitos se han determinado teniendo en mente el factor de riesgo basado en los datos disponibles.

Este Manual de Buenas Prácticas especifica los requisitos que protegerán al menor de los peligros que no sea capaz de prever al utilizar el equipo según lo previsto, o de manera que se pueda anticipar razonablemente. Todas las atracciones tienen que estar debidamente certificadas y homologadas por la fábrica correspondiente, que deberá estar dada de alta en el Ministerio de Industria, certificando prioritariamente las pruebas necesarias de los materiales de la atracción.

 



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