Aunque en apariencia los castillos hinchables sean un lugar seguro para jugar, deben reunir una serie de requisitos mínimos para garantizar la seguridad de los usuarios infantiles como estar bien anclados y no utilizarse con viento.
A finales del pasado año 2017, un grupo de profesionales del sector de los Castillos Hinchables, decidieron ponerse manos a la obra para regular este sector y hacer un uso responsable de estos juegos.
Para ello fundaron la Asociación Española de Juegos Hinchables, entidad sin ánimo de lucro cuya finalidad es la normalización y la reglamentación técnica, la difusión, la información y formación en la fabricación e instalaciones de equipos para juegos infantiles hinchables.
Desde la Asociación Española de Juegos Hinchables se ha desarrollado un “Manual de Buenas Prácticas”
En un ejercicio de responsabilidad y de coherencia y con el fin de analizar responsablemente, alertar y poner en valor una cuestión que está concurriendo en el mercado y que pone en un riesgo innecesario la seguridad de un colectivo tan vulnerable.
Existe una Normativa Europea de Seguridad, con denominación UNE: EN 14960/2014.
Esta norma, tanto en este país como en otros países de Europa, indica cómo se deben de construir los castillos hinchables, las medidas de seguridad que debe de contemplar cada modelo y las directrices de gestión y manipulación de los mismos.
Tras una exhaustiva revisión del material existente en el mercado actual, lamentablemente no hay demasiados empresarios y equipamientos que puedan disponer de esta certificación.
El que se presente como documentación a aportar que el hinchable ha pasado diferentes controles de calidad o de mantenimiento no quiere decir que su construcción sea segura en tanto no lleve anexo la referencia a la normativa.
Lo que no está en origen fabricado de manera segura es indiferente si está revisado, limpio y en perfecto estado, simplemente puede ser peligroso.
Por otro lado, esta normativa exige una serie de controles por parte de las empresas que distribuyen y alquilan este tipo de equipamientos.
Las más importantes son las de disponer de un monitor (u operador) que controle el buen funcionamiento del equipo y la seguridad por parte de los usuarios.
No se pueden alquilar los hinchables sin personal cualificado para controlar y responder en tiempo y forma ante cualquier contingencia, por poco habitual que sea.
En esta cuestión, importante conocer que el Seguro de Responsabilidad Civil se exime de responder ante el usuario si ante un incidente por el mal funcionamiento del hinchable o por problemas de montaje, se tiene un accidente.
Esta mala praxis, redunda en una verdadera ruleta rusa con la seguridad infantil.
Se debe de concienciar a toda la sociedad, de que al igual que se solicita seguridad en los centros escolares, en los vehículos, en las casas, se debe de dar el máximo de seguridad también con el ocio y diversión, sobre todo si algunas de las empresas del sector están dispuestas a hacerlo.
Es necesario, por tanto, poner en marcha los mecanismos para intentar revisar y vigilar la falta de cumplimiento en las normativas de tantos modelos de hinchables existentes en el mercado y que están poniendo el empeño necesario para corregir estas cuestiones de seguridad infantil con estas irregularidades del mercado.
Este Manual de Buenas Prácticas va dirigido a:
principalmente a los responsables municipales (Entidades locales, Mancomunidades, Diputaciones provinciales, Colegios e Institutos, Asociaciones ´lúdico-festivas, etc.) y a todas aquellas personas interesadas en el buen funcionamiento de estos equipos de juegos infantiles.